Historias

Siempre he admirado a aquellos que escriben historias tan largas como para crear novelas. Yo, que tengo escaso tesón y un nulo don para la narración, les miro desde lejos, con envidia, con la ilusión de contar una historia, pero con la sensación de no saber por donde empezar.

Creo que es (en parte) cuestión de organización, de crear una estructura de capítulos, de saber con detalle que va a pasar en cada momento. Esa parte, quizás no me resultaría difícil, pero le veo un fallo. ¿Donde queda la improvisación? ¿Qué pasa si aún no tengo pensado el final? No lo puedo dejar al azar, necesito averiguar más.

Y digo que necesito averiguar más, porque tengo mi historia. Una historia inspirada en algo que me ató una y dos veces, una historia inspirada en aquello que imagino cada noche. Una historia con una escalera, una historia llena de historia. Una historia, que por cierto, necesita mucho trabajo, mucha búsqueda y muchas cosas que aún no le encontré.

Pero una vez me dijeron que yo siempre tengo lo que quiero, y aunque yo no diría siempre, si diría casi siempre. Por eso sé, que más tarde o más temprano, encontraré mi esquema, mi final y mi historia y que cuando lo tenga, ya sólo me faltará el hijo que no quiero tener para poder morirme en paz.

Chocolate


Qué placer morder un trozo de chocolate. La boca se hace agua al abrirla para inaugurar el bombón, la tableta, la chocolatina o el pedacito que robaste a tu prima. El mundo se para, todo esta preparado para el dulce, para la suavidad, para el placer. Delicioso es poco, para algo que parece salido del Olimpo de los Dioses. Saborearlo, deshacerlo en la boca, sentir como se derrite, es orgásmico.

Suena porno, lo sé, pero es así. A mi me gusta con leche y avellanas, pero no rechazo el barquillo, el blanco, las nueces, el caramelo... Sigue siendo chocolate. Si te comes tres cajas, igual te empalagas, porque lo bueno es mejor en pequeñas partes. O al menos, en partes digeribles.

Buscando en el baúl de los recuerdos

¡Lejos del futuro, estrena vlog!

Amor

El amor nos vuelve locos. El amor nos crea paranoias, nos hace ser lo que no somos. Nos vuelve celosos, indecisos, temerosos, inmaduros e inseguros. Nos muestra fantasmas donde no los hay, nos hace cometer errores que nunca cometeríamos. Nos hace llorar con toda el alma, nos hace huir, escondernos, enterrarnos y matarnos. El amor nos aleja de quien amamos, nos hace perder los papeles y asustar a todo el que nos quiere. El amor tiende a ser un gran error, la tortura hasta de los más listos. El amor es el sueño de todos y la posesión de muy pocos.

Pero el amor nos hace cantar. Nos hace sentir en grado sumo, nos hace sonreír como nunca, llorar como nunca, amar como nunca. El amor nos hace suspirar, nos hace soñar, nos hace volar. El amor nos hace caminar, levantarnos, movernos, sentirnos llenos. El amor da sentido a todo lo que no lo tiene, el amor te da vida cuando ya la creías perdida.

El amor es un ni contigo ni sin ti, un posible imposible, en el que nos dejaron las puertas cerradas. Ojalá algunas personas me dejaran que las amara. Ojalá pudiera amar a quienes están tan lejos. Ojalá dejará de amar a quién no me ama.

La imagen del problema (y su solución)


¿No os dan miedo? Porque a mi sí, y mucho. Qué cara de circunstancias, de "la estamos cagando como nunca", que mala leche parecen tener todos, que ganas de salir corriendo.

Inciso para el que no conozca la foto. El plana mayor del PP (para los de fuera, partido de la derecha española) haciendo una comparecencia todos juntos tras Rajoy (el "líder" del partido), defendiéndose ante lo que les ha caído encima. Corrupción, secretos y dossieres, el retorno.

Han quitado protagonismo a la crisis y a sus más de tres millones de parados, que ya es difícil. Rajoy se quedó con una buena cuando se negó a dimitir al perder (por segunda vez) las elecciones. No llega a 2012, eso de seguro. Será divertido ver cuál de todos esos de la foto será el próximo candidato a la presidencia. Lo único que se puede saber de eso, es no será elegido en unas urnas, sino en un campo de caza.

Lavado de cara

Nuevo diseño, cortesía de Google y de Pottersys, que benditos sean sus arreglos.

No me convencía ninguno, ni siquiera este. Lo quisiera más simple, con menos líneas y menos colores, es excesivo. Y odio a Blogger por no poner las fechas en todas las entradas, sean del mismo día o no. Tampoco me gustan las estrellitas del lateral, las veo fuera de lugar.

Pero me gusta el encabezado, porque es en plan futurista, pero tiene naturaleza, y un cielo maravilloso y mágico. Es muy yo. Además es todo en tonos azules, y la fuente es muy grande y redonda, es el tipo de fuente que me encanta. Y he cambiado como postear los comentarios, que me gusta más así.

Quiero añadir una presentación con fotos del DeviantArt en un lado, pero me llevará un tiempo. Y quisiera poner links a los sitios donde ando registrada, pero no ando convencida de cómo, así que veremos.

Mientras tanto, dejo mis grandes agradecimientos al señor Pottersys, que arregló unas cuantas de las cosas que no soportaba de este diseño.

Crónica de las dudas

Camina solo, y de negro. El camino es corto, como todos los caminos que hace últimamente. Aprendió que los caminos largos son ambiciosos, que es mejor ir paso a paso. Su destino, como su camino, no es perfecto, pero está bien.

Cierra los ojos y recuerda cómo ahora hace un año tenía ganas de volar, de conseguir imposibles, de llegar más lejos que nunca. Cierra los ojos y piensa en lo que logró y lo que perdió. Ahora va con la misma ambición. O no, con mayor. Pero no pisa tan fuerte como antes, porque sabe a la vuelta de la esquina puede haber una sorpresa.

Sonríe porque, pase lo que pase aún le late el corazón. Tiene miedo a perderse ahí también, por aquello de que no hay dos sin tres, y porque solo es una nube negra, pero gran compañera. Porque los océanos siguen siendo horribles, porque no quiere que vuelva a dolerle el alma. Ojala estuviera aquí su guía y su abrazo, para decirle que todo irá bien, que el miedo va a desaparecer.

Cierra los ojos, y en su camino corto, en el silencio de su solo, siente cómo late su negro corazón que quiere volver a teñirse rojo pasión.
… y me da igual lo que diga mi señor profesor de lengua. Me pregunto si Baroja, que escribió el texto de mi examen suspenso, pensaba en donde ponía los puntos y las comas cuando trataba de expresar la gloriosa belleza de los tiovivos.

Me pregunto si los poetas, miden la rima y la métrica de sus poemas. Me pregunto si quisimos convertir el arte en ciencia, si quisimos hacer de nuestra viva lengua una sucesión numérica, un juego de artificiales sonidos.

Quisiera saber si soy solo yo quién ve como locura el análisis del sentimiento, el análisis de la pasión que se esconde en los poemas, en los cuentos y en la imaginación. Quisiera saber si el mundo esta loco, si Baroja perdió el coco, o si mi profesor cree en los marcianos, pues según él, ellos puntúan mejor que yo.

Canción con razón y nostalgia

Quién me iba a decir a mí, que el chico que de niña adoraba, y quién se llevó la mayoría de los corazones que no sabía hacer, cantaría ahora en un grupo que cada día es más conocido. Ellos son Sin Rumbo y él, es el alma del grupo, el cantante, Sergio. ¡Cómo no! Aunque no canta demasiado bien, y son un poco plagio del El Canto del Loco (quienes les apadrinan) tienen unas letras bastante chulas. Además, escuchar a Sergio cantar, me recuerda al colegio y a aquellos tiempos en los que la vida se marcaba por el próximo día interesante que toca.

Así que, a los chicos de Sin Rumbo les toca canción. Y elijo el single, no porque sea el single sino porque dice la letra cuenta algo que es muy cierto, y es que la juventud de hoy, la de mi generación, no es lo que se podría decir, un ejemplo a seguir. Porqué cuan cierto es que y podrá haber disturbios, y podrá haber imperios cayendo, que a la juventud en la calle no le importan los días de crisis y malos tiempos. Os dejo con Morir con el flequillo. Por cierto, el primero que sale, ese, es mi compañero de colegio.

Cuando Hollywood quiere ser Wollywood

Más películas. Dos al precio de una: Quemar después de leer y Revolucionary Road. Cada cual más mala. Os voy a fastidiar el argumento, así que si las queréis ver, no sigáis.

Cada año sale alguna película americana sin argumento, sin principio ni fin, sin gracia y sin sentido alguno. Y no, no es una comedia tonta, sino un drama absurdo y aburrido, en el que con mala suerte sale sangre, algún asesinato desagradable y un final inconcluso en el que dices “Ok, ¿qué vi?” Por fortuna por estas no pagué.

No entiendo porque el cine americano intenta ser lo que no es. Las películas son lineales y simples, pero correctas y entretenidas. A mí me gustan las películas americanas, y si quiero ver algo complicado, sin sentido y desagradable, pues me pongo cine europeo. A veces lo hago, pero desde luego no me gustan las sorpresas y si me pongo una peli con George Clooney y Brad Pitt, espero que me hagan reír y no quien sabe que cosa en la que uno acaba corrido a tiros por el otro. Si seguimos así, no sé que será de mis aburridas noches.