Vasile quiere dramas (qué importa a costa de qué)

Es increíble que la vida privada de los actores, toreros, modelos, cantantes y presentadores nos interese tanto. Pero más increíble es que la vida de gente parientes y ex-parientes de esas personas conocidas también nos interese. Y más increíble todavía que los montajes de gente que a saber si tiene o no relación con gente conocida nos interese. Ahora, que para alucinante de verdad es que haya gente que pague y mantenga todo el circo. Y en España, uno de los maestros de ceremonias es Paolo Vasile, consejero delegado de TeleCinco, que el domingo fue entrevistado por el Magazine de El Mundo.

El enemigo declarado de LaSexta, y más concretamente de los chicos del programa Sé lo que hicisteis, que primero dieron palos a su cadena de televisión por remover en la mierda ajena y que tras que les pusieran una demanda por emitir sus imágenes, le dieron palos a él; va de elegante en sus respuestas pero demuestra que es lo que hace.

Le gustan los dramas y los monta en el 80% de la programación de la quinta cadena, no entiende el humor y por eso no entiende LaSexta ni sus críticas cargadas de buena comedia. Se queja de que le ataquen e intenten destruirle sin ser un personaje público, cuando mucho antes de que LaSexta existiera él pagaba a gente para que hiciera lo mismo (o peor, porque a él todavía no le persigue una jauría de reporteros) con otros. Ojalá nunca le toque ver cómo diseccionan las causas de su muerte sin criterio ni respeto como han hecho en sus programas. Ojalá nunca le toque ver cómo alguien paga a una mujer para que esta vaya diciendo por ahí que es su amante, como han hecho en su cadena tantas veces. Tiene suerte de que su guerra sea contra la gente inteligente de SLQH y no contra sus propias redacciones llenas de gente sin principios.

¡Cómo me molesta tanta hipocresía, carajo!

Egolatría

Vanos intentos por hacerme actriz (?)


Crónica de una batalla

Por las venas le fluye el veneno. El vaso fue colmado hace mucho y ahorra las lágrimas se derraman en la mesa. La guerra empezó hace años y promete no terminar nunca. Al menos el plan de ataque de él es ese, el de desgaste.

Se siente malvado, cruel, con ganas de matar, pero sobretodo de matarse. La lucha resulta agotadora y saber que no tiene fin más aún. Pero cómo en la vida, no ha llegado a ella por elección sino por fuerza. Por fuerza está en una lucha de fuerza en la que no tiene ninguna fuerza. No es nadie en el campo ni tiene arma más que el tiempo. Aguantar y acumular toda la sangre de cada herida es su tarea diaria y cuando ya no puede más se muere por rendirse. Pero cómo en la vida rendirse no es una opción.

La sal que corre por sus mejillas le abrasa la cara mientras hierve por dentro, aún no sabe si de odio o de tristeza. Le duele cada centímetro de su agotada piel y no se quiere mover. Quiere dormirse donde está, y que el enemigo le descubra por la mañana sintiéndose culpable por generar tanta desgracia. Pero el enemigo no sabe de culpas. Dirá que estaba en mal lugar. Siempre lo está. Siempre todo es él. Él, que no pidió más que no ser.

Un amigo en cada puerto

Es asombroso el concepto tan variado que tenemos de la amistad. Mis amigos se cuentan con los dedos de las manos, son aquellos a los que les puedo contar aquello que me preocupa, aunque solo les vea en vacaciones, aunque hayan pasado años sin tratar con ellos, aunque les vea poco. Hay personas con las que siempre puedo ser sincera, que me conocen como la palma de la mano y comprenden, o al menos lo intentan, todas mis locuras. Están muy separados unos de otros y aunque alguna vez he hecho intentos de mezclarlos, no es algo aconsejable.

Para mí encontrar un amigo es algo instintivo. De repente, en la vida se cruza alguien y te late el corazón... ah, no, eso no era. Bueno sí, es parecido. Hay personas que con verlas de lejos ya sé que serán buenos amigos míos, así que les acoso hasta que lo logro. Curiosamente, y al contrario que en otros intentos, en lo de hacer amigos cuando he querido nunca he fracasado, así que será que tengo buen ojo.

¡Me encantan mis amigos! Me surgía con Adri el otro día un pequeño debate (más bien yo le decía lo que pensaba y el se reía de mi indignación) porque me hartaba de escuchar cómo el resto de sus amigos dejaban de hablarle por su forma de ser. Si los defectos de alguien te son insoportables no deberías de ser amigo de esa persona. A mí me gustan mis amigos, y tengo asumidos sus defectos, igual que ellos asumen los míos. Es absurdo enfadarse con tu mejor amigo porque nunca te llama cuando sabes que es así y no te va a llamar, no porque no te quiera y no se acuerde de ti, sino porque tiene alergia al teléfono y una memoria de pez para las citas telefónicas. Es ridículo intentar decirle a tu mejor amiga que deje llegar tarde, cuando lleva llegando tarde 12 años; si quedas con ella ya sabes que llegará tarde. Cuando no aguantas los pequeños defectos de alguien, no aprecias lo suficientemente a esa persona como para que sea tu amigo.

Jamás entenderé a esa gente que sale en una enorme pandilla siempre con los mismos y además de ser demasiados para hablar y ponerse de acuerdo, luego la mitad se caen mal entre ellos. Con lo bueno que es poder prestar toda tu atención a una sola persona...

La tienda de las horas perdidas

Hoy saldo mi deuda y os cuento que trabajo aquí:



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