La estación LGTB




Plaza de Castilla.

Crónica de una calle

Faldas cortas, tacones altos y escotes marcados le miran como preguntando. "En eso no estaba pensando" deja atrás su vena lujuriosa y descubre una belleza rota creada por hacer del placer un trabajo obligado, obsceno y falto de respeto.

Alguien compra oro y parece que desea que el resto lo sepa. Todo es barato y huele a plástico condensado. Los acentos mezclados son un nuevo dialecto. El Sol quema, el dong del reloj atormenta. A la ballena no se la lleva la marea. Entre tanto mundo es imposible no quedarse mudo y más difícil aún es descubrirse.

Aquí el negro es un escudo y la sonrisa una espada. En medio de este todo que le parece tan nada busca una mirada. Aguja en pajar, ¿dónde estás?

Canción propia

El otro día pensaba que canción iba con mi cumpleaños. O lo que es lo mismo, que canción iba conmigo. Tenía que ser, obviamente, de La Oreja de Van Gogh. Tener un toque alegre, un toque azul, un toque de despedida y otro de bienvenida. Un toque de amor y un toque de melocotón. La chica del gorro azul, con sus mejillas de color, la almendra que se cayó y llora triste porque aún no se ha caído su amor.

Harrylatino y yo

Imitando a mi querido Cronista, hago una entrada que tengo pendiente desde hace mucho, dedicada a algo que fue muy importante para mí y que me ha hecho ser lo que soy en gran parte.

Cuando uno tiene 15, 16 años, quiere y conoce muchas cosas pero no entiende ni mucho menos ninguna de ellas. El mundo es un lugar nuevo, que te quieres comer, pero del que no sabes nada. Y con esas, y otras más y más tristes, llegué yo a Harrylatino. Sin tener muy claro mis capacidades, creyendo que podía hacer poco o nada y que yo, rara y desintegrada, lo iba a tener muy difícil para encajar en la vida, encontré un lugar donde la imaginación, el esfuerzo y la amabilidad, eran lo habitual.

En HarryLatino aprendí a hacer casi todo lo que hoy es mi pasión. Empecé a escribir prosa lírica, empecé a hacer fotos, empecé a diseñar, a organizar, a hablar en radio, a trastear con el ordenador, etc. Aprendí que hay gente buena, y gente buena cabreada que se vuelve incontrolable… Y lo más importante, empecé a hacer amigos. Amigos a los que les gustaba que me riera. Amigos que estaban tan locos como yo. Amigos que escuchaban, entendía, aconsejaban, y se dejaban escuchar, entender y aconsejar. Antes de HarryLatino, eso era una excepción.

Así que, ayer que la web pottérica en castellano más grande hizo 10 años, yo, que apenas estuve en ella cuatro años, me sentí cumpleañera también.