El otro día pensaba que canción iba con mi cumpleaños. O lo que es lo mismo, que canción iba conmigo. Tenía que ser, obviamente, de La Oreja de Van Gogh. Tener un toque alegre, un toque azul, un toque de despedida y otro de bienvenida. Un toque de amor y un toque de melocotón. La chica del gorro azul, con sus mejillas de color, la almendra que se cayó y llora triste porque aún no se ha caído su amor.