Cuando uno escucha a los políticos decir que hacen tal y cual ley, y que esto nos dará tal y cual cosa, resulta gracioso verlo aplicado en la calle. Desde aquella polémica ley que retiró el tabaco de todos los centros de trabajo y unos cuantos de ocio, no recordaba vivir la aplicación de nada tan de cerca.

Pero el otro día, yendo hacia la biblioteca me tocó bajarme del autobús a mitad de camino porque la calle principal estaba cortada por obras. Así que me puse a andar calle arriba, cuando me encontré con la calle en obras y el típico cartel que dice de donde sale el dinero para las mismas y que obra se hace exactamente. Qué sorpresa la mía al descubrir que los fondos que la financiaban eran los del Fondo de Inversión Local para el Empleo, esos que hace unos meses anunciaba Zapatero como medida estrella ante la crisis.

La pena fue descubrir que la obra no era para arreglar la calle (que buena falta le hace), sino para soterrar los contenedores de basura, que no es otra cosa que levantar el suelo y meter los cubos bajo tierra, algo que sinceramente, no veo tan importante y necesario. Pero bueno, así es Colmenar Viejo, de cada tres cosas que se hacen, una es útil y el resto son tonterías en el mejor de los casos, y ataques contra el ciudadano en el peor.

Abro sección/etiqueta para este y otros pueblos de mi alrededor, que son un caso aparte de la sociedad y geografía españolas, para bien y para mal.