Se abre el telón. Stars Hollow, pueblecito estrambótico estadounidense nos recibe con una mujer joven de apasionantes ojos azules que entra en una cafetería y mira con ojos de amor al hombre del mostrador, quién le dirige una mirada de reprobación. Ella se acerca con una taza, le pone ojos de gatito de Shrek y le suplica que le de café. Tras conseguir la hazaña, mientras bebe de su taza, un chico de la barra intenta ligar con ella en vano y él, se retira. Es entonces cuando aparece nuestra segunda protagonista, una dulce muchachita con otros apasionantes ojos azules que se sienta con la mujer, y ambas se ponen a charlar de maquillaje y música. Terminada la primera taza de café, la mujer se levanta a buscar más, y es entonces cuando el chico que antes intentó ligar con ella se acerca para intentarlo con la muchacha, sin saber que ambas van juntas. La mujer, de regreso de la barra, descubre al intento de ligón que son madre e hija.

Este es el inicio de Las chicas Gilmore (Gilmore Girls), una comedia romántica de 153 episodios en los que uno no deja de encontrar un buen chiste en ninguno de ellos. Polémicas, provocadoras, alocadas, modernas, inteligentes, luchadoras, divertidas y femeninas, las Gilmore enganchan con rapidez hasta el final, del que sólo os desvelaré que es perfecto. En siete temporadas veremos crecer y cumplir sueños a la madre y a la hija, desde el primer novio de Rory (la hija), hasta la inauguración del hotel de Lorelai (la madre), pasando por las mil y una locuras de los estrambóticos personajes secundarios del pueblo en el que viven.

Si me preguntáis que es lo mejor de la serie, diré que hay dos cosas: Lorelai y Rory. Una por ser tan apasionantemente divertida y la otra por ser tan fascinantemente inteligente, son ejemplo para perseguir sueños, cumplirlos y disfrutarlos. Y entre ellas una forma precisa, delicada y perfecta de tratar grandes temas de la adolescencia, sin caer en tópicos, censuras, exageraciones ni tonterías, siendo estos un elemento más de la historia y no el único centro de ello.