Imitando a mi querido Cronista, hago una entrada que tengo pendiente desde hace mucho, dedicada a algo que fue muy importante para mí y que me ha hecho ser lo que soy en gran parte.

Cuando uno tiene 15, 16 años, quiere y conoce muchas cosas pero no entiende ni mucho menos ninguna de ellas. El mundo es un lugar nuevo, que te quieres comer, pero del que no sabes nada. Y con esas, y otras más y más tristes, llegué yo a Harrylatino. Sin tener muy claro mis capacidades, creyendo que podía hacer poco o nada y que yo, rara y desintegrada, lo iba a tener muy difícil para encajar en la vida, encontré un lugar donde la imaginación, el esfuerzo y la amabilidad, eran lo habitual.

En HarryLatino aprendí a hacer casi todo lo que hoy es mi pasión. Empecé a escribir prosa lírica, empecé a hacer fotos, empecé a diseñar, a organizar, a hablar en radio, a trastear con el ordenador, etc. Aprendí que hay gente buena, y gente buena cabreada que se vuelve incontrolable… Y lo más importante, empecé a hacer amigos. Amigos a los que les gustaba que me riera. Amigos que estaban tan locos como yo. Amigos que escuchaban, entendía, aconsejaban, y se dejaban escuchar, entender y aconsejar. Antes de HarryLatino, eso era una excepción.

Así que, ayer que la web pottérica en castellano más grande hizo 10 años, yo, que apenas estuve en ella cuatro años, me sentí cumpleañera también.