Como buena consumista que soy, yo ya tengo mi lista de regalos, que probablemente ya no varíe, y que este año es muy modesta, porque sé que no soy el orgullo de mi casa. Ahí van:

* Un monedero: Esté al parecer se lo puedo encasquetar a Mamá Noela, según ella. El mío está lleno de mierda y destrozado, hace falta un recambio pronto.
* Unas gafas de sol: ¡Soy el as de perder gafas de sol! Tenía unas muy bonitas que amaba pero se rompieron allá por febrero, y desde entonces voy perdiendo todas las que encuentro. Y es grave, porque mis ojos no son amantes de la luz, así que las necesito, y creo que Mamá Noela también se hará cargo de que las tenga (más que nada porque sin ellas no veo un pijo con el coche...)
* Una mochila: Si Laia lee esto (que seguro) no se lo creerá. Sí, cedí a la mochila para dejar de partirme la espalda, eso si, la quiero negra, obviusly. Ya sé que tengo una, por cierto, pero eso es una monstruosidad para cruzar océanos, no algo que sirva para ir a clase, hombre. Y como esto es más deseo de Mamá Noela que mío, pues ya sabe de donde va a salir.
* Un frasco de perfume de fresa: Esto me tocará autoregalarmelo con los fondos de Abuelos & Company. Al fin y al cabo es mi típico capricho navideño, como no puedo tener Barbies, pues me conformo con perfumes, oye. Eso sí, lo creáis o no, lo necesito, tengo el frasco en las últimas.
* Wifi en el sobremesa: Básicamente, buscar una sustituta a la antenita que mi padre se llevó hace unos meses y que quitó el internet fuera del portátil. Y como no creo que me vendan sólo la antenita, acabaré comprando una tarjeta inalámbrica entera y gastando un ojo de la cara... ains. Financiado también por mis Abus, que esperemos que tengan unas navidades generosas.
* Un disco duro: Esto lo quiero desde hace meses, porque me paso la vida con un triste pendrive de un triste giga, y no puedo sostenerme así. Pero para esto si que no creo que me de el presupuesto, que mis abuelos son generosos, pero no tanto, así que es posible que me quede con las ganas.

Soy peor pidiendo que un crío de 10 años, ¿eh? ¡Con lo que me gusta la Navidad a mí!