Todo el mundo, de un modo u otro, la tiene. Unos las tienen muy grandes, otros pequeñas. Otros las adoran, otros las odian. Las familias, que nos educaron, y que estuvieron a nuestro lado cuando no nos valíamos por nosotros mismos, los marcan de por vida.
Yo, como buena adolescente (a pesar de que me queda cada vez menos de teen), no puedo soportarles más. Me quieren, no lo dudo, pero a la vez me controlan, me censuran, y sobre todo me juzgan. Me juzgan tanto que ya no queda nada en mí a salvo para apreciar, ni ningún lugar al que huir. Quedo yo, toda la mierda que soy, y, como no, ellos.
Me pregunto cómo acabará esto. Mal, seguro.
diciembre
25
3 comentarios:
Escapar... lejos al fin, un segundo más cerca del futuro.
Un segundo antes, y todo está perfecto. Un segundo después, y todo se va a la mierda. Todo depende de nosotros mismos.
Eso me pasa a mí y todavía me queda para ser adolescente pleno :s Pero supongo que lo hacen por nuestro bien aunque puedan llegar a hartarnos :8
Es mi opinión ^^
SALUDOS
P.D. ¿Cómo puede ser que haya conocido tu blog ahora cuando lo llevas abierto mucho tiempo? ¡Y lo he conocido por el de Cronista! xD
Publicar un comentario