… y me da igual lo que diga mi señor profesor de lengua. Me pregunto si Baroja, que escribió el texto de mi examen suspenso, pensaba en donde ponía los puntos y las comas cuando trataba de expresar la gloriosa belleza de los tiovivos.

Me pregunto si los poetas, miden la rima y la métrica de sus poemas. Me pregunto si quisimos convertir el arte en ciencia, si quisimos hacer de nuestra viva lengua una sucesión numérica, un juego de artificiales sonidos.

Quisiera saber si soy solo yo quién ve como locura el análisis del sentimiento, el análisis de la pasión que se esconde en los poemas, en los cuentos y en la imaginación. Quisiera saber si el mundo esta loco, si Baroja perdió el coco, o si mi profesor cree en los marcianos, pues según él, ellos puntúan mejor que yo.