Conté que me da igual el futuro y que soy feliz con poco. Poco es, en este caso, una canción. La Casa Azul es aquello que a las 8 de la mañana cuando me subo al coche con ganas de nada, suena como si sonara en mi corazón y me pone a cantar hasta mi destino, dando sentido a mi día. Da igual lo mal que vaya todo, sus letras dulces, su ritmo alegre y un nosequé envolvente curan todo.
Es curioso porque me ha costado horrores elegirla. He escuchado la discografía entera una y otra vez, intentando encontrar la ideal. Y elegí la misma que elegí hace aproximadamente 9 meses, cuando decidí escribir esta entrada (cada entrada es un parto increíble, si). Se trata de Quiero parar.
Siempre faltan horas a mi alrededor y me intento rodear de color, me dedico a perderme en mi habitación y construir un universo de estribillos y sonidos de mellotron. Y de todo lo que pude soñar (...) sólo queda la impaciencia de saber que jamás llamaste a mi puerta. Hace algún tiempo que no estoy en ningún sitio, sólo voy y vengo y quiero parar (...) estar a tu lado, tranquilo y sonriente regresar.
Dejo un curiosísimo fanmade para escuchar.
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