Señores con traje nos engañan en cada esquina, escucharles puede ser divertido, creerles te puede hundir.

Muy metafórico lo sé. La idea es sencilla: somos unos vendidos. Las grandes empresas nos venden ilusión, sueños y deseos en libros, canciones, películas, series, publicidad y demás productos.

Grandes producciones dignas de disfrutar, sin duda, pero hay que tener mucho cuidado con lo que vemos, porque tiende a ser mucha estafa y muy poca realidad. Parece muy obvio decir que las películas no son reales, pero quizás, si os digo que los finales felices no existen, entenderéis de que os hablo.

Puede ser una obviedad, pero no lo es tanto cuando todos y cada uno de nosotros nos pasamos la vida buscando ese final feliz.