Somos millones. De razones, de problemas, de ideas... no hay que olvidarlo.

Qué poco pensamos en los demás. Cuando alguien hace algo, tiene una razón. Mayor o menor lógica, pero razón. Nos gustará o no, pero es una razón. Una razón atada a una idea, a una educación, a un problema, a una circunstancia, a un carácter. Una razón que no debe ser ignorada.

No nos damos cuenta de que vivimos a lado de otros y de que esos otros, tienen un mundo tan amplio y tan problemático como el nuestro. ¿Porqué nos cuesta tanto ponernos en el lugar del otro?

Una de las mayores virtudes de este mundo, es la de saber entender al otro, saber pensar en los demás. Es quizás, la forma más barata y más valiosa de generosidad.