Todo, absolutamente todo, es relativo. Vívelo así.

Nuestras desgracias al de al lado le pueden parecer ínfimas comparadas con las suyas. Nuestras alegrías pueden ser una estupidez para quién no las puede comprender. Nuestros enfados, normalmente, no tienen sentido alguno para quién los provoca.

Para unos serás bello, para otros horrendo. Algunos adorarán lo que hagas, otros lo odiarán hasta querer pegarte. Habrá cosas que te apasionen y tu alma gemela no pueda soportarlas. No importa de que hables, siempre habrá quién opine lo contrario.

Nada está bien ni está mal, simplemente está. Hoy es un drama, una ilusión, una confusión, pero probablemente, mañana no será nada.