Nuevo Blog, nuevo corte de pelo, nueva carrera, nuevo carnet de conducir… Empiezo a tomarle el gusto a esto de estrenar. ¿Por qué nuevo blog? Quizás porque el otro lo empecé con mal pie, porque empecé demasiadas cosas con mal pie, y empezar de nuevo suele ser más sencillo que arreglarlo. Mi otro blog me enseñó de que forma se me da bien narrar historias, cosa que nunca creí que sabría hacer. Mi otro blog no fue ni mucho menos el lugar en el que esperaba aclarar mis ideas, que hoy están aún más perdidas que entonces. Mi otro blog era una mirada a mi futuro, un futuro que hoy está escondido en el único rayo de luz de mi desordenada cabeza. Cerré el blog con la esperanza de que él, como otros muchos a los que defraudé, me perdone, y de que todo aquello que arrastró a su lado, quede cerrado.

Pero hoy, cuando por fin encuentro un ratito para escribir desde que la idea de un nuevo blog vino a mi cabeza, inicio este con la esperanza de que todo aquello que está en mi cabeza dando vueltas a cada instante, pueda acabar aquí, y no se pierda como se pierde mi tiempo para escribirlo. Porque no será por falta de cosas que decir, o por falta de amor por escribir, si no por falta de segundos, minutos y horas.

Hablaré, digo, escribiré sobre todo de mi, de lo que me gusta y lo que no, de lo que me pasa y lo que no, de lo que entiendo y lo que no. Por mucho que odie la definición, soy adolescente, y cada segundo que pasa me surgen más dudas y preguntas acerca de todo lo nuevo, y no tan nuevo que me voy encontrando en mi camino. El mundo que nos rodea puede ser muy raro, especial, bello y singular, pero en mi cabeza dan vueltas muchas tonterías. Pido perdón por todo lo egocéntrica que seré aquí, y también por las veces que me llevaré la contraria a mi misma. Probablemente, esta será la mejor prueba de mi imperfección.

Así que pasad, que, aunque esta sea mi casa, no me importa compartirla con vosotros.