Hace unos años, quería estudiar economía porque “el dinero movía el mundo” luego, el dinero siguió moviendo el mundo, yo di clases de economía, y me encantó. Me encantó porque tenía una profesora maravillosa que no sólo nos enseñó economía sino que nos enseñó, además de otras muchas cosas, el valor de las ideas.

Solemos ver en las noticias, gente que crea una web y acaba vendiéndola por miles de millones. Y quién dice una web, dice un diseño, o simplemente, la idea de un producto.

A veces, mis ideas me sorprenden, y me digo a mi misma que si las supiera poner en marcha, quizás yo también, me haría millonaria. Hoy escribí a los de Google y les sugerí algo que me encantaría tener en los blogs. Subtítulos para las entradas. ¿No sería muy útil? Ojala lo pongan.
Y también se me ha ocurrido otra cosa, esta vez para Twitter, aunque para eso no les escribí, porque debería hacerlo en inglés y me da pereza. Silenciar usuarios. Hay gente a la que aprecio un montón, y si me manda una respuesta quiero que me llegue, pero que no quiero tenerla las 24 horas al día con sus twitteos tontos. ¿Solución? Silenciarla, darle a un botoncito en el que sólo te lleguen sus respuestas. Esto ya está con los que no tienen los twitters protegidos, pero con los que los tienen, o les sigues para todo, o no les sigues para nada. Un rollo con solución, vamos.

Pero estas no eran las ideas que yo comentaba, sino otras más amplias, que no dejaré porque soy una desconfiada. Una ya me dijeron porque puede no funcionar, pero la otra… la otra cada vez me gusta más.