¡Cómo odio los fines de semana! Un acoso constante tareas para hacer, un montón de salidas por las que luego se me recrimina, unos días demasiado largos, unas noches demasiado tristes... ¡Qué ganas de que llegue el lunes y descansar! ¡Qué ganas de que llegue el martes y ver personas normales! Qué cansancio tengo y cómo me duele la cabeza... Que no os extrañe que los viernes, sábados y domingos os abandone. Qué nula es mi libertad.